Abadía de Montserrat

Centro espiritual de primer orden, Montserrat presenta al mundo una Abadía imponente y cualquier visita o tour a Montserrat ha de incluir forzosamente un espacio dedicado a recorrerla. Reformada totalmente a finales del siglo XX, la Basílica de Montserrat ofrece a los visitantes, a la vez, una imagen luminosa y atractiva y un ambiente de espiritualidad y especial recogimiento.

Historia de la Abadía o Basílica de Montserrat

La Basílica de Montserrat se comenzó a construir durante el siglo XVI y fue reconstruida por completo en el siglo XIX después de que fuera ampliamente devastada durante la guerra de la Independencia contra Napoleón.

La fachada interior se realizó en el año 1901, obra del arquitecto catalán Francisco de Paula del Villar y Carmona. El estilo arquitectónico utilizado es el Neoplateresco, fuertemente ornamental y que encuentra su inspiración en la añoranza del pasado esplendor perdido de España (no se debe recordar que estamos en la época en que el imperio español daba sus postreros coletazos y se perdían los últimos territorios de ultramar).

Basílica de Montserrat

Basílica de Montserrat

Cómo se llega a la Basílica de Montserrat

Se entiende que llegar a Montserrat ya se ha logrado y que hay que encontrar la Abadía. La visita puede empezar subiendo unas escaleras directamente desde la plaza inferior o Plaza de La Cruz, donde está la estación del tren cremallera, o desde un poco más arriba, cruzando un gran portalón que se abre a la plaza del Abad Oliba y subiendo la calle principal del recinto. En ambos casos, nuestros pasos van a desembocar a una gran plaza, la plaza de Santa María, dispuesta en terrazas a varias alturas, desde donde ya se puede disfrutar de una panorámica general de la basílica.

Primeras impresiones en la Abadía

Visualmente, nos encontramos en primer lugar con una imponente fachada relativamente moderna, levantada poco después de finalizar la guerra civil bajo la dirección del arquitecto barcelonés Francesc Folguera. Aparece decorada con multitud de relieves y grupos esculturales, entre los que encontramos la Proclamación del Dogma de la Asunción de María por del papa Pío XII, el San Benito y el San Jorge, todos ellos en las arcadas superiores; también se puede leer claramente sobre estas arcadas la inscripción latina Urbs Jerusalem Beata Dicta Pacis Visio, que significa “Feliz ciudad de Jerusalén, llamada visión de paz”. A la izquierda de la fachada, se encuentran las ruinas de un antiguo claustro gótico del siglo XV.

Fachada Basílica de Montserrat

Hacia la Basílica

Esta fachada da paso a la basílica propiamente dicha, a la que se accede a través de un atrio construido en siglo XVIII, aunque ampliamente reformado durante el siglo XX. Este espacio se encuentra flanqueado por los sepulcros de nobles de Aragón (Juan II de Ribagorza y Bernat II de Vilamarí), por diversas esculturas representativas de Santos de la Iglesia católica, y por pinturas que recogen las visitas a Montserrat de los Reyes Católicos y de Don Juan de Austria, respectivamente.

Pasado el atrio, se entra en la plaza porticada del Abat Argerich, decorada en sus laterales con pinturas y grabados que representan cronológicamente la historia de la Abadía de Montserrat y con mosaicos en el suelo. Al final de esta plaza se abre la gran puerta que da entrada a la Basílica.

Fachada de la Basílica de Montserrat

Visita al interior de la Basílica de Montserrat

Ya en el interior del recinto, nuestra visita sigue en la iglesia propiamente dicha, construida en planta de una sola nave y de medidas grandiosas (68 metros de largo por 21 de ancho y 33 metros de altura). Está sostenida por unas columnas centrales, con tallas del artista Josep Llimona, que representan a los profetas Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel.

En la cabecera de la nave está situado el altar mayor, decorado con esmaltes que representan diversas escenas bíblicas, como La última cena, Las Bodas de Caná y La multiplicación de los panes y los peces.

Presidiéndolo todo e iluminando el altar con luz natural, se levanta un cimborrio de forma octogonal que fue objeto de una restauración profunda a finales del siglo pasado para devolverle la luminosidad que había ido perdiendo con el paso del tiempo.

Justo encima del altar mayor se sitúa el camarín de la Virgen, al que se accede después de atravesar una portalada de alabastro (Puerta Angélica) en la que aparecen representadas diversas escenas bíblicas. El Trono de la Virgen es de plata repujada, con dos relieves que representan la Natividad y la Visitación, y una imagen de San Miguel.

Aquí se expone la talla de la Virgen a la devoción de los fieles, que no dudan en hacer largas colas para poder estar siquiera unos segundos en presencia de la Madre de Dios o Virgen, la querida «Moreneta«. La talla es la original del siglo XII y está protegida por unos ángeles que sostienen la corona, el cetro y el lirio de la Virgen.

Una vez visitada la Virgen, la salida del camarín se realiza por el llamado Camino del Ave María, donde es habitual realizar ofrendas en forma de cirios, y que vuelve a dar a la plaza interior de la que antes hemos hablado; aquí destaca una impresionante estatua del Ángel de la Anunciación y una imagen en cerámica mayólica de la Virgen María. Vale la pena indicar que el camino está adaptado para personas con movilidad reducida​.

Basílica de Montserrat

Un elemento distintivo del interior de la basílica es el impresionante órgano que se encuentra en el costado izquierdo de la nave, como es tradicional en muchas iglesias de Cataluña. El órgano original data del año 1896 y a mediados del s. XX fue trasladado al presbiterio, aunque muy deteriorado.

El órgano nuevo fue inaugurado el año 2010 y sitúa a Montserrat al máximo nivel musical internacional. Para hacernos una idea de su grandiosidad, bastan las siguientes cifras del órgano de Montserrat: ​

  • 63 registros.
  • 4.230 tubos.
  • 4 teclados manuales de 58 notas.
  • 1 teclado de pedal de 32 notas.
  • Transmisión mecánica.
  • 12,5 m de altura, 5,5 de anchura y 4 de fondo.
  • 12.000 kg de peso.

Virgen de Montserrat

Quién vive aquí en Montserrat

La Abadía de Montserrat está regida por una comunidad de monjes de la orden Benedictina. Actualmente, la comunidad está formada por alrededor de setenta monjes que, como en cualquier monasterio de dicha orden, dedican su vida monacal a la oración, el acogimiento y el trabajo, siguiendo el lema de “Ora et Labora”.

Es una comunidad especialmente abierta a la sociedad y a la cultura; son muchos los monjes que realizan labores científicas y de investigación en materias como historia, música, filosofía o teología. Además, el monasterio cuenta con un importante servicio de publicaciones que edita gran cantidad de libros y revistas.

Una actividad interesante en nuestra visita a Montserrat es la posibilidad de una visita guiada por el interior del recinto, de la mano de uno de los monjes.

Visitar Montserrat a tu ritmo

Puedes visitar los diferentes espacios del Monasterio de Montserrat a tu ritmo con la mayoría de los tours y excursiones ya que muchas contemplan un espacio de tiempo para moverte a tu antojo. O para disfrutar de un rato más espiritual en soledad para meditar o entrar de nuevo a la basílica para dar paso a la religiosidad.